Muy cerca de Burgos el río Urbel, pequeño afluente del Arlanzón que baja desde La Piedra, allá por los altos del Tozo, riega el valle de Santibáñez, poniendo una nota de verdor en medio de una geografía áspera, en la que el agua y el viento han arrastrado la tierra a lo hondo y el río busca su cauce. Tierras viejas llenas de Historia. De épocas pretéritas, antes de la llegada de los romanos, roma el río su nombre, Urbel, nombre que recibe por lo oscuro de sus aguas. Roma unificó pueblos, lenguas y culturas.
Trazaron importantes calzadas como la de Ab Asturica Burdigalam, que cruzaba la vega del río Uurbel, cuyo paso y la entrada por la vega, estarían defendidos desde los castros de Mansilla y de LA Nuez de Abajo, Zumel o Mansilla. Restos aparecidos en estas poblaciones, nos hablan de asentamientos romanos fechados en los siglos V y VI. Godos , suevos y alanos apenas dejaron restos, excepto la iglesia de Santa María de las Viñas, en Lara, y alguna necrópolis como la de La Nuez de Abajo. Durante la ocupación musulmana fueron muchos los pueblos de la zona que se quedaron despoblados, pero se vuelve tras las expediciones de Alfonso I, yerno de Pelayo, hacia el año 750.
A comienzos del siglo IX Castilla empieza a constituirse. Fue el conde Fernán González quien va organizando las aldeas y creando los primeros alfoces. Uno de ellos será el de Mansilla, documentado ya en el año 1011. 23 pueblos estaban por aquel entonces sujetos a la autoridad del castillo de Mansilla. Ya en el siglo XVI este alfoz pasó a denominarse Jurisdicción de Val de Santibáñez y se constituye Santibáñez Zarzaguda como cabeza. En el siglo XIV estas poblaciones pertenecían a la Merindad de Castrogeriz. Como testigos de la época quedan en el valle numerosas casonas blasonadas, torres e iglesias.